¿Estamos preparados para la transición demográfica?

Fuente: theconversation.com/Economía y longevidad: ¿estamos preparados para la transición demográfica?, por David Roch Dupré, Elisa Aracil, Pablo Calvo Báscones.

Resumen:

El artículo analiza la transición demográfica hacia una sociedad más longeva y los desafíos económicos y sociales que implica…. En 2018, por primera vez en la historia, las personas mayores de 64 años superaron en número a los menores de cinco años, lo que plantea preguntas fundamentales sobre la adaptación de las economías y políticas a este cambio estructural.

La transición demográfica afecta a todos los aspectos de la vida social y económica, exigiendo una adaptación profunda de las estructuras existentes. Con menos personas en edad de trabajar y más jubilados, las economías enfrentan presiones en el gasto público, especialmente en pensiones y atención sanitaria. Además, el envejecimiento plantea desafíos relacionados con la inclusión social, el edadismo y la equidad intergeneracional.

El Senior Economy Tracker (SET) es un nuevo índice desarrollado por investigadores de la Universidad Pontificia Comillas en colaboración con Ageingnomics (Fundación Mapfre) que evalúa cómo se adaptan los países al reto demográfico, proporcionando medidas para analizar la evolución temporal y la comparativa entre países…. Este índice abarca cuatro dimensiones clave: demográfica, institucional, macroeconómica e individual.

Al aplicar el SET a 27 países europeos durante el período 2010-2021, se encontraron diferencias significativas en las estrategias y niveles de preparación. Los países nórdicos, como Dinamarca y Suecia, lideran la adaptación gracias a políticas efectivas de envejecimiento activo y sistemas de bienestar sólidos. Por el contrario, muchos países de Europa del Este, como Rumanía y Bulgaria, se encuentran rezagados.

El concepto de dividendo de longevidad se refiere a los beneficios económicos y sociales que pueden obtenerse al maximizar las contribuciones de las personas mayores como trabajadores, mentores y voluntarios. Fomentar un envejecimiento activo y saludable podría transformar lo que hoy se ve como un coste en una fuente de crecimiento económico y bienestar social.

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